lunes, 5 de julio de 2010

lunes 5 de julio de 2010

PHILIP JHOHNSTON, ELECTRONIC TELEGRAPH
La buena noticia es que en el próximo milenio la gente vivirá mejor. La mala es que todos seremos menos felices. Esto dice un nuevo informe.
El aumento de la prosperidad vendrá acompañado de un deterioro continuado de la sociedad: habrá más matrimonios deshechos, se agravará el problema de la droga, aumentará el estrés en el trabajo, habrá más soledad y un derrumbamiento de la fe. El informe La paradoja de la prosperidad, realizado por el Centro Henley a pedido del Ejército de Salvación, señala que el incremento de la riqueza tendrá un elevado precio. Para el año 2010, el nivel de vida global habrá subido en un 35%, pero las profesiones liberales en particular estarán sometidas a mayor presión.
El mencionado informe añade: «La presión será cada vez mayor, se trabajará más horas y se estará más estresado. De seguir la tendencia, el alcoholismo y la drogadicción podrían alcanzar niveles alarmantes. Al mismo tiempo, la gente se preocupará más por tener un subsidio de jubilación, y será más difícil librarse de la competencia febril.
Alex Hugues, del Ejército de Salvación, dice: «Este informe puede parecer alarmante, pero presenta una descripción de la sociedad que puede ser cierta de aquí a pocos años. Todos los sectores de la sociedad corren el riesgo de pagar las consecuencias de la vida moderna: soledad, estrés y deterioro de la calidad de vida.»

Señales de los tiempos

Crisis de agua potable puede afectar a 40 países
Más de mil millones de personas carecen de agua potable, y los expertos afirman que el problema se agravará en el siglo entrante.
La mayor parte de la escasez que se prevé para 2025 tendría lugar en África y Oriente Medio. No obstante, también afectaría la India, algunas zonas de China, Perú, Inglaterra y Polonia, según declaró una comisión recientemente formada para estudiar las deficiencias en el suministro a nivel mundial.
De acuerdo con dicha comisión, la carencia azotaría a un total de más de 40 países. Un análisis de las Naciones Unidas reveló que 1.400 millones de personas no disponen de agua en condiciones de beberse. Las enfermedades causadas por agua sin tratar o mal tratada se cobran cada año entre cinco y siete millones de vidas. Según la ONU, en la mitad de la población de los países en vías de desarrollo se han dado en algún momento dichas enfermedades.
El informa añade que para 2025 la escasez afectará a 2.300 millones de personas, es decir, el 30% de la población mundial.
Incluso donde no falta el líquido elemento, las aguas están contaminadas. La polución de cauces y cuencas fluviales ha contribuido en parte al flujo de refugiados por motivos medioambientales, cuyo número ascendió el año pasado a 25 millones, superando por primera vez el número de desplazados por guerras, que son 21 millones.
Según los especialistas, en buena parte el problema obedece a las tendencias en cuanto a asentamientos urbanos. Dos tercios de la población del planeta viven en regiones en las que cae un cuarto del total de las precipitaciones.
Disputas regionales por el preciado elemento podrían cobrar caracteres violentos a medida que se agudiza el problema. En África, Asia Central, Oriente Próximo y América del Sur están surgiendo situaciones conflictivas en torno al acceso a ríos y mares interiores.
Ismail Serageldin, director de la Comisión Internacional del Agua, ha declarado: «El agua es vida. La escasez de ella será uno de los problemas más graves del siglo XXI.»
SOUTH CHINA MORNING POST/AP