martes, 3 de agosto de 2010

SHELLEY PANNILL, FRANCE PRESSE

obrecarga de
información

El 21 de enero de 1998, cuando el periodista Matt Drudge soltó el bombazo de la aventura del presidente Clinton con una becada de la Casa Blanca y expuso la posibilidad de que el mandatario le hubiera pedido a ella que mintiera, no pensó en la prensa. Dio la noticia en su página personal de Internet.
A las pocas horas, las cadenas nacionales, superando su desdén por un desconocido al que veían como un tipo armado de módem que ni había terminado la secundaria, devoraban y reproducían los morbosos detalles. Los medios de prensa habían completado su ciclo, satisfaciendo a un público sediento de morbo tal como lo habían hecho sus antepasados al iniciarse el siglo.
El paso de los diarios de a centavo a la Red de redes comenzó con la invención de tecnologías que ya no nos asombran: el teléfono, el telégrafo, la radio y la televisión.
La aparición de los medios de difusión masiva ya era bastante obvia para 1914. No obstante, en los años de entreguerras, mientras el mundo iba de una crisis política a otra, esos medios se dispararon espectacularmente. La radio y la prensa estaban en el apogeo de su popularidad.
La primera emisora, KDKA, salió al aire en Pennsylvania en 1920. A fines de 1922 funcionaban 576 emisoras privadas, y para 1939 había más de 27 millones de receptores.
La radio transformó la vida de los pobres, poniendo fin a la soledad: les llevó el mundo a su casa. El aumento en el porcentaje de alfabetización dio lugar a que en poco tiempo aumentara la circulación de los diarios, y así, en 1950 en los países desarrollados se vendía un promedio de entre 300 y 350 periódicos por cada mil habitantes.
La televisión, cuyo desarrollo se vio interrumpido por la Segunda Guerra Mundial, comenzó a emitir programaciones completas en la década de los cincuenta. En los sesenta, al menos en EE.UU. se había convertido en el principal medio de difusión, reduciendo el número de asistentes a los cines y prácticamente acabando con los espectáculos de variedades.
A medida que fue mejorando la programación, los noticieros televisivos fueron sustituyendo a las fotos de revistas ilustradas como Life, y las telenovelas a los seriados de la radio.
Hacia esas fechas, la televisión por cable --ideada en los cincuenta para atender a los norteamericanos que residían en zonas apartadas-- empezó a ampliar su alcance. Se puso a la vanguardia con el canal musical MTV y con el canal de noticias CNN de Ted Turner. Las conexiones satelitales de hoy en día permiten la transmisión instantánea a todo el planeta.
Según la UNESCO, en 1995 el 98% de los norteamericanos, el 95% de los habitantes de Europa Occidental y el 94% de Europa del Este tenía televisor.
El resto del mundo los está alcanzando. El 63% de las viviendas asiáticas ya tiene su receptor. Únicamente en África, donde solo el 21% de las familias tiene, no ha invadido la TV los hogares.
Con la llegada de la Internet, los noventa se han convertido, como dice la revista Time, en «la era de la sobrecarga de información». Ahora cualquiera puede ser editor.

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