La ciencia aumenta

¿Nos ha vuelto la era de la información más entendidos?
Tanto las instituciones como las personas se ven bombardeadas por una avalancha de libros, publicaciones periódicas, casetes, expedientes, documentos, correo electrónico e infinidad de datos no procesados.
La Biblioteca del Congreso de los EE.UU. tiene un fondo de 113 millones de ejemplares, a los que se añaden cada mañana otros 20.000. Todos los días, James Billington, director de la biblioteca, se preocupa por cuestiones como la conservación de los libros y en qué sección ponerlos, pero también le preocupan cuestiones filosóficas más generales, como por ejemplo: ¿realmente nos estamos volviendo más sabios con ese mar de datos y conocimientos?
En 1472, la biblioteca del colegio mayor Queens de la Universidad de Cambridge (Inglaterra) tenía un fondo de 199 libros. En pleno Renacimiento, había quienes podían afirmar que habían leído todos los títulos importantes escritos hasta la fecha.
Hoy en día, nadie puede leerlo todo. El mundo del conocimiento es un inmenso océano. Lo más que se puede hacer es darse un chapuzón de vez en cuando.
Nada más en Estados Unidos, cada año se publican más de 50.000 libros. A nivel mundial, se calcula que se publican unas 400.000 publicaciones periódicas. Dentro de poco cada hogar tendrá acceso a cientos de canales de televisión. La Internet cuenta ya con millones de páginas.
«Es bastante significativo que lo llamemos la era de la información», dice Billington. «No se habla de la era del conocimiento.»
Billington propone una fórmula: los datos no procesados pueden transformarse en información, la cual a su vez, tras mucho esfuerzo y contribución para hacerla más valiosa, puede alcanzar el nivel de conocimiento, que es la base de la sabiduría. Pero dice que la sobrecarga actual de datos puede estar llevándonos por mal camino. «Nuestra sociedad es, en esencia, movimiento sin memoria», afirma. «Y desde luego, ésa es una de las definiciones clínicas de la locura.»
WASHINGTON POST SERVICE